Psiconutrición es un enfoque terapéutico que estudia la conducta alimentaria con especial énfasis en la relación entre las creencias, pensamientos, emociones, vivencias de estrés con el peso, imagen corporal, alimentación y los signos y síntomas de patologías nutricionales.
Este enfoque concibe al hombre como un ser multidimensional y considera las enfermedades nutricionales como la expresión o solución biológica del organismo para responder a un desequilibrio que puede ser mental, emocional, físico o todos ellos. En él se integran conocimientos y herramientas que provienen de las áreas de la Medicina, Psiquiatría, Nutrición, Psicología, Neurociencia, Terapias corporales, Meditación y otras para abordar en forma multidimensional e interdisciplinaria patologías crónicas no transmisibles, con especial énfasis en aquellas que involucran el peso y la conducta alimentaria.
La psiconutrición no es una corriente de la psicología, sino más bien una visión del ser humano. Se sirve de la psicología, especialmente de las corrientes cognitivo-conductual, transpersonal y sistémica. Utiliza, según el caso, herramientas de intervención psicológica, alimentario-nutricionales, elementos de la neurociencia, terapia corporal, meditación, coach y otras, seleccionando las terapias y metodologías que permitan que la persona avance hacia la solución definitiva de su problema.
“En psiconutrición se unen mundos para sanar y enseñar a nutrir cada plano de nuestro ser y es el diagnóstico integral de la persona el que determina las metodologías a utilizar en su tratamiento”.
La visión psiconutricional puede ser incorporada en todos los niveles de atención en salud y permite desarrollar planes de intervención a nivel individual y familiar, orientados a la prevención, manejo y rehabilitación de enfermedades alimentario-nutricionales por déficit o por exceso, así como trastornos de la conducta alimentaria.
Es un enfoque esencialmente interdisciplinario, lo que implica manejar criterios diagnósticos y metodologías de intervención, diferenciadas por especialidad y adecuadas a cada caso, pero que comparten un enfoque común. Este enfoque es el que permite el trabajo conjunto de los factores que definen la conducta alimentaria, desde lo biológico y actual, hasta lo transgeneracional incluyendo, si es necesario, aspectos perinatales, psicológicos, neurobiológicos y socioculturales. Incorpora, desde el diagnóstico y en cada intervención, la posibilidad de ir a la raíz de la problemática expresada y encontrar para ello alguna estrategia de intervención posible.
Lo anterior nos lleva a un diagnóstico integral que puede aclarar por qué es necesario que esa persona tenga determinado cuerpo, con qué alimentos nutre sus conductas, qué patrones físicos, energéticos y psicológicos sostienen esas conductas, qué emociones se vinculan con qué alimentos, etc. Esto lleva a hacer diagnósticos que posibilitan generar estrategias de intervención dirigidas hacia la raíz del conflicto, lo cual puede ofrecer resultados, que en muchos casos son definitivos.
Para ello hemos consensuado un diagnóstico psiconutricional que junto con lo clínico, incorpora 4 ejes o dimensiones básicas de la Psiconutrición: Conducta alimentaria, Peso , Imagen corporal, y Ejercicio físico. Y hemos generado herramientas que permiten observar y evaluar cómo las creencias, emociones y vivencias de estrés impactan las conductas, en cada uno de estos ejes, dando cuenta diagnóstica y evolutiva de cada uno de ellos.
Escrito por: Nut. Gloria Jury Jamis (ECHP, 2023)