Rol del/la nutricionista en el tratamiento de la Anorexia Nerviosa
La anorexia nerviosa (AN) es una enfermedad compleja cuya aparición no se debe a un solo factor, sino a múltiples causas que convergen en esta patología. Este trastorno de la conducta alimentaria presenta una de las tasas de mortalidad más altas entre las enfermedades psiquiátricas. Además, se observa una alta tasa de suicidios, hasta 10 veces mayor que en otros trastornos, lo que representa aproximadamente el 20% de las muertes por AN (1).
Consecuencias y tratamiento de la anorexia nerviosa
La fisiopatología de la AN es compleja e involucra la alteración de diversos sistemas. Uno de los más afectados es el sistema nervioso central, que debido a la constante restricción alimentaria experimenta disminución de materia gris y blanca (2), alteraciones en la autoconciencia y en mecanismos interoceptivos relacionados con el gusto y la percepción corporal (3), alteraciones en el sistema de recompensa (4), neuroinflamación (5), disfunción del eje intestino-cerebro (6), desregulación emocional (7), disfunciones en las funciones ejecutivas (8) y alteraciones interoceptivas (9). Además, la baja ingesta de alimentos afecta diversos sistemas, tales como: el eje gonadotrópico (10), el eje hipotálamo-pituitario-adrenal y los sensores metabólicos (11), el eje hipotalámico-hipofisiario-somatotropo (12), así como se manifiestan patologías óseas (13), digestivas (14) y cardiacas (15).
Debido a la complejidad de la AN, los tratamientos presentan fuertes limitaciones y la evidencia aún no es clara respecto a la eficacia para remitir los síntomas. Los enfoques más prometedores incluyen la terapia familiar (16), la terapia cognitivo-conductual (17), la farmacoterapia (18) y la rehabilitación nutricional (19). Esta enfermedad, al ser multicausal, requiere un equipo multidisciplinario, con apoyo psicológico, nutricional y psiquiátrico. Dependiendo del contexto clínico, puede requerir la intervención de profesionales de la fonoaudiología, kinesiología u otras disciplinas de la salud.
Tratamiento nutricional
En la fase aguda de la enfermedad, la terapia nutricional es fundamental para cubrir las necesidades energéticas y, de ser necesario, proporcionar una suplementación adecuada. El peso corporal es un buen indicador de progreso, ya que se asocia con la remisión de síntomas físicos y psicológicos (1). Por lo tanto, la rehabilitación nutricional debe enfocarse en recuperar la composición corporal. Generalmente, la terapia nutricional implica una alimentación supervisada y, en casos más graves, se puede optar por intervenciones nutricionales enterales o parenterales, aunque siempre deben ser lo más fisiológicas posible (20).
Aunque las recomendaciones clásicas de aportes energéticos están en discusión (21), la realimentación es un factor crucial para revertir la AN, ya que puede mejorar parámetros cardiovasculares y sanguíneos (22), así como neurológicos (6), lo cual implica mejoras en el ámbito cognitivo, afectivo y conductual.
Relevancia de los/as nutricionistas en el tratamiento de la anorexia nerviosa
La AN no puede simplificarse a un problema estético o a una obsesión por cumplir estándares de belleza. Es una enfermedad grave de origen multifactorial, y no existe una receta mágica para abordarla. Un solo enfoque terapéutico no puede remitir la sintomatología por sí solo; se requiere un equipo multidisciplinario para mitigar la enfermedad.
En este sentido, los/as nutricionistas son indispensables para restablecer la salud, especialmente en la fase aguda. Cuando las personas alcanzan niveles significativos de desnutrición, se produce una reducción del volumen cerebral, lo que resulta en alteraciones del comportamiento y déficit neuropsicológicos (2). En estas condiciones, es difícil que los pacientes respondan de manera adecuada al tratamiento psicológico y psiquiátrico. Aunque el cerebro no lo es todo, debe estar en las mejores condiciones posibles para aumentar la eficacia del resto de las intervenciones. En consecuencia, una adecuada y oportuna realimentación será la base para recuperar el sustrato cerebral, permitiendo así la recuperación de funciones cognitivas, afectivas y conductuales.
Por lo tanto, la labor de los/as nutricionistas es esencial para el equipo multidisciplinario, ya que deben proporcionar una nutrición adecuada para la pronta recuperación. Esto facilita el trabajo de otros profesionales de la salud, impactando positivamente en los tratamientos multidisciplinarios. Sin embargo, no basta con dar indicaciones nutricionales; es necesario implementar estrategias que adapten la alimentación al contexto de cada paciente y reduzcan el miedo que puedan experimentar. Esto requiere que los/as nutricionistas no solo estén preparados en el ámbito nutricional, sino que también posean habilidades para abordar aspectos conductuales, lo cual es esencial para evitar la descompensación de los pacientes.
Escrito por: Nta. Víctor Sepúlveda
Referencias:
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