Influencia de los estereotipos en la imagen corporal
Te invito a que reflexiones sobre el tema y pienses… ¿Te has comparado con algún personaje de TV o artista famoso? ¿O quizás con una amiga o un familiar? ¿Crees que ellos pueden ser más felices que tú por ser “bellos” y “delgados”? o tal vez has pensado que la gente que se ve delgada no tiene conflictos internos relacionados a su imagen corporal…
Para tu tranquilidad, estas inquietudes son más habituales y recurrentes de lo que podrías pensar, se repiten tanto en hombres como mujeres, niñas, niños y adolescentes, independiente de su rango etario, pero ¿cuál es el origen de estos cuestionamientos? Vamos a reflexionar sobre esto a continuación.Los estereotipos de belleza pueden tener un impacto significativo en la percepción que tenemos de nuestra imagen corporal.
Estos ideales de belleza a menudo se promueven a través de los medios de comunicación, la publicidad y las redes sociales, lo que puede llevar a comparaciones y sentimientos de insatisfacción con nuestro propio aspecto físico. La realidad corporal se ha convertido en símbolo expresivo del posicionamiento del individuo dentro de la sociedad. Por tanto, el valor social que adquiere el cuerpo implica el ser un medio de realización y desarrollo personal con el objetivo de alcanzar un ideal imaginario. (Burkitt, 1999; Soley-Beltrán, 2008). Por lo tanto, la presentación del yo, de su imagen corporal, como instrumento fundamental de comunicación en las relaciones sociales, pasa a ser controlado desde el exterior. La forma corporal adecuada, y por tanto la aceptada, es impuesta socialmente (McPhail, 2002; Damhorst, 2001).
Cuando los estereotipos de belleza y los cánones establecidos por nuestra sociedad interfieren en nuestros pensamientos con el fin de ajustarnos a ellos, estos pueden llevarnos a desarrollar complejos con nuestro cuerpo que nos repercuten tanto a nivel de salud emocional como física. Es esencial para una adecuada salud mental, que cada individuo tenga una imagen corporal positiva de sí mismo, de lo contrario, la persona podría, entre otras cosas, desarrollar una alteración cognitiva afectiva, es decir, una insatisfacción con el cuerpo, pensamiento y emociones negativas frente a su imagen corporal, pudiendo generar alteraciones perceptuales y por lo tanto, adquirir conductas de riesgo, tanto alimentarias como algún tipo de daño físico, y en gran parte, la responsabilidad de esto proviene de los medios masivos de comunicación y los patrones culturales de lo que conocemos como belleza y delgadez ligada al éxito, donde se perpetúa el culto al cuerpo, se impone el “deber ser” y muchas veces son ideales irreales e inalcanzables.
Quienes se dedican a la publicidad acuden a los estereotipos como un modo de facilitar la comprensión y asimilación de lo que quieren comunicar. A pesar de que existen muchos tipos de productos y múltiples estrategias para elaborar los mensajes publicitarios, todavía existen muchos anuncios que recurren a cánones de belleza idealizados (Center of the Study of Commercialism, 2003). Para entender los estereotipos de belleza, primero, es necesario comprender qué es la “belleza”. Este concepto se refiere a una construcción sociocultural abstracta, este concepto muta, evoluciona, y en esos cambios a lo largo de los siglos y a través de diferentes culturas, los gustos y preferencias van incorporando distintas significaciones (Torres, 2018). Además, cuando hablamos de estereotipo de belleza, nos referimos a un imaginario social que varía según los patrones de estética y tendencias que dicta la moda y los países. El cuerpo femenino se ha visto como un objeto que se puede vender, exponer y comprar. Ante la formación de estereotipos de belleza se han buscado formas para poder cumplir con lo que la sociedad dicta en torno a los avances tecnológicos y la posibilidad de modificar el cuerpo (Gómez Zambrano, 2020).
Los estereotipos son un conjunto de ideas que dan muestra de una imagen que pretende caracterizar el comportamiento de las personas que componen una categoría y que se presume ser atribuida a una persona o a un grupo de gente, es decir, describen la relación de la individualidad y el vínculo con otras personas (Del Olmo, 2005). Para comprender el tema a profundidad es interesante abordar otro concepto: la “feminidad estereotipada”. Esto se refiere a los roles y características que la sociedad atribuye a las mujeres, basados en estereotipos de género, Según Judith Butler el género es “…el aparato a través del cual tiene lugar la producción y la normalización de lo masculino y lo femenino” (Butler, 2006), ella asegura que el género podría ser el aparato a través del cual lo femenino y lo masculino se deconstruye y se desnaturalice. Estos estereotipos según la autora influyen directamente en el concepto de ser “femenina”, debido a que es una “representación cultural creada por un conjunto de actos impuestos por el discurso y mantenida por los signos corporales, como los gestos, vestimenta y comportamientos, entre otros” (Mora, 2020). Ella considera el género una construcción basada en los discursos y actuaciones dominantes y no una categoría fija o estable. Así mismo, Butler menciona que el género es performativo (…) siempre es un hacer, atribuyéndole una condición cambiante (Butler, 2006).
¿Recuerdas a las princesas Disney? Las historias de las princesas Disney han sido objeto de estudio en relación a su influencia en la feminidad estereotipada. Según un estudio, se ha encontrado que las películas de princesas Disney, como producto articulado, fomentan un imaginario determinado en cuanto a la feminidad y masculinidad se refiere (Liñán, 2012). Estas películas pueden transmitir estereotipos de género y reforzar ciertas características y roles asociados a la feminidad estereotipada. ¿Qué características que definen generalmente a las/os protagonistas según el sexo al que pertenecen? Los varones son representados como: salvadores; héroes; personas positivas; valientes; fuertes; nobles; intelectuales; con empleos relevantes; y con tendencia a utilizar su físico para resolver los problemas. Las mujeres son representadas como: hermosas; dulces; débiles; pasivas; miedosas; agradables; con alto carácter sexual. Todas muestran un físico atractivo; indefensas; domésticas; y con posibilidad de casarse. (Towbin, M, 2006)
Feminidad estereotipada e Imagen corporal
Un ejemplo gráfico y mundial relacionado a esto se ve reflejado en cómo las muñecas “Barbies” afectan en la imagen corporal de las niñas. Barbie es la muñeca de moda de mayor venta en el mundo y el juguete favorito de muchas niñas pequeñas. En Estados Unidos, 99% de las niñas entre los tres y los diez años de edad tienen al menos una muñeca Barbie y la niña promedio tiene ocho. Sin embargo, las proporciones corporales de Barbie son “irreales, inalcanzables e insalubres” (Dittmar, Halliwell e Ive, 2006).
Se han estudiado las proporciones de la Barbie original y es sabido que si fuera una mujer real, tendría proporciones que no son aptas para la vida, porque el cuello no podría sostener la cabeza de una persona, las muñecas son tan delgadas que se quebrarían y no podrían aguantar la fuerza, la cintura es mucho más delgada que otras partes del cuerpo, incluso no podría tener todos sus órganos como hígado o intestino, las piernas son un 50% más largas que los brazos y los tobillos no aguantarían el peso de una mujer real. Según la teoría sociocognitiva de Bandura, las muñecas Barbie son modelos de rol para las niñas pequeñas y transmiten un ideal cultural de la belleza. “Barbie tiene un cuerpo perfecto y ahora todas las niñas están tratando de conseguir ese cuerpo porque están infelices con su forma física.” Los medios refuerzan dicho ideal. Las niñas que no alcanzan estos estándares pueden experimentar insatisfacción corporal, ideas negativas acerca de sus cuerpos que conducen a una baja autoestima.
¿Dónde se originó el mito de la belleza y cuál es el conflicto asociado?
El problema radica en la necesidad del mercado de vender y ¿cómo lo consigue? generando inseguridad en la población y creando falsas necesidades. A esto se conoce como mito de la belleza, en otros lugares se puede encontrar como industria de la inseguridad. Si se crea inseguridad en una persona a nivel de su imagen corporal, se generan expectativas de que puede mejorar, si toda la vida nos prometieron que siendo lindas vamos a conseguir felicidad, más vamos a comprar para conseguirla.
¿Qué pasa a nivel de nutrición y alimentación? Si gracias a todos estos mensajes te has convencido que tienes que llegar al cuerpo perfecto, porque te consideras gorda y no te sientes bien, generan insatisfacción con tu imagen corporal y se crea la necesidad y falsa promesa de que si no bajas de peso no vas a poder ser feliz, por lo que te ofrecen productos para bajar de peso, como pastillas cremas y cuantos productos más que se ven a diario. Todo esto no se trata de no comprar nunca más las cosas que te gustan, sino que pensar dos veces y ser conscientes de que la decisión que tomes es porque realmente lo quieres.
Para ejemplificar cómo han cambiado los estereotipos de belleza se muestran algunos casos, 30.000 años antes de Cristo, Venus de Willedor es una representación de los cuerpos femeninos de la prehistoria, aquí la vida era diferente, por supuesto los roles de género también, por lo tanto, las exigencias de género eran la reproducción, por lo que se privilegiaba a mujeres con senos grandes y caderas anchas, ya que se asociaban a fertilidad, a poder parir y criar hijos sanos y fuertes. Saltándose muchos años y pasando al siglo XV se encuentra “El nacimiento de Venus de Bottcelli”, esta es una representación de los cuerpos del Renacimiento, los que son más redondeados, con manos y pies finos, pechos firmes, piel blanca y rubias. En el siglo XX, tenemos personajes como Marilyn Monroe, quien es una representación del modelo de mujer de los años 60 a 70, con curvas marcadas, voluptuosas, huesos prominentes y senos protagonistas. Ya a inicios del siglo XXI, los estereotipos de los cuerpos femeninos son cada vez más delgados, con huesos prominentes y ahora senos pequeños, cada vez más irreales e inalcanzables.
Hoy en día el estereotipo de belleza vuelve a cambiar y nos encontramos con modelos más curvilíneas, como las “Kardashians” o “Paloma Mami” ¿Qué significa esto? Que ahora ser delgada ya no es suficiente, sino que existe la necesidad de tener grasa localizada en lugares específicos. Finalmente, estos cuerpos son cada vez más difíciles de conseguir, a menos que tengamos esa genética específica, lo que genera insatisfacción con nuestra imagen corporal y la necesidad de buscar soluciones para poder alcanzar la anhelada “felicidad”.
¿Influyen los estereotipos de belleza en la percepción que se tiene de la propia imagen corporal?
Para dar término a estas reflexiones, vamos a responder la pregunta planteada al inicio desde nuestra perspectiva, junto con abordar algunas estrategias para promover una imagen corporal positiva. Consideramos que los estereotipos de belleza pueden influir en la percepción que tenemos de nuestra imagen corporal. La imagen corporal se refiere a la relación de la autoimagen y el estado emocional que percibimos acerca de nuestro cuerpo. Los estereotipos de belleza son ideales de apariencia física que se consideran deseables en una determinada sociedad o cultura. Estos ideales pueden ser promovidos por los medios de comunicación, la publicidad, las redes sociales y otros factores socioculturales.
Cuando estamos expuestos a estos estereotipos de belleza, podemos compararnos con ellos y sentirnos presionados para cumplir con esos estándares. Esto puede llevar a una percepción negativa de nuestra propia imagen corporal, es decir, las personas que no se ajusten a ese estándar pueden sentirse insatisfechas con su apariencia y desarrollar una baja autoestima.
Es importante tener en cuenta que la percepción de la imagen corporal puede variar según la cultura y las distintas etapas de la vida. Es fundamental promover una imagen corporal positiva y saludable. Esto implica aceptar y valorar nuestro cuerpo tal como es, en lugar de tratar de cumplir con los estereotipos de belleza impuestos por la sociedad. Además, es importante fomentar una cultura que celebre la diversidad de cuerpos y apariencias, y que no promueva la comparación y la insatisfacción corporal
Artículo elaborado por «Andrea Urbina & Fernanda Montecinos» egresadas del Diplomado Herramientas de Intervención para la Conducta Alimentaria (2023) de la Escuela Chilena de Psiconutrición
Referencias
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