Cuando hablamos de Psiconutrición, solo pensamos en la fusión de Psicología y Nutrición. Aunque esta definición no es incorrecta, no captura la esencia completa de la «psiconutrición» como la entendemos en la Escuela Chilena de Psiconutrición. Los orígenes de este enfoque se remontan a 1998, cuando Gloria Jury buscó un camino alternativo en la nutrición para abordar los problemas alimentarios y nutricionales. Si bien se adentró en el estudio de la psicología, su trayecto fue más allá, explorando también la medicina, la psiquiatría, la terapia corporal y las contemplativas.
En 2003, Gloria fundó el «Centro de Psiconutrición», donde reunió un equipo interdisciplinario compuesto por psicólogos, nutricionistas, psiquiatras, médicos, kinesiólogos y terapeutas de diversas áreas. Su misión era ofrecer atención integral a personas con conductas alimentarias de riesgo y trastornos de la conducta alimentaria. En aquel entonces, era impensable que la atención a personas con problemas nutricionales requiriese un equipo tan diverso, ya que todo se centraba únicamente en os nutrientes y alimentos.
Hoy en día, este enfoque puede parecer evidente, pero hace 20 años predominaba un modelo biomédico que enfocaba su atención exclusivamente en aspectos físicos. Gloria ya tenía claro que los seres humanos somos multidimensionales (cuerpo, emoción, mente y espíritu) y que, por lo tanto, necesitábamos un equipo multidisciplinario. Desde el inicio, su búsqueda incansable la llevó a explorar estrategias en diferentes enfoques, con el propósito de contribuir a la sanación de sus pacientes. Por ello, una de las bases de esta psiconutrición es el enfoque integral: la posibilidad de que distintas disciplinas aporten su mirada al contexto clínico.
A mi parecer, reducir la psiconutrición a «psicología más nutrición» es insuficiente. No siempre, aunque en algunos casos puede ser la respuesta a los problemas de nuestros consultores reside exclusivamente en estas dos ciencias. Un psiquiatra, un médico, un kinesiólogo, un neurólogo o un pediatra, cada uno desde su propia disciplina, pueden ofrecer valiosos aportes para enriquecer la perspectiva del tratamiento. Así, aunque este binomio psicología-nutrición representó un avance significativo en su momento, sigue siendo una visión incompleta y limitada ante las múltiples dimensiones que puede tener nuestros consultores frente a la comida.
Gloria Jury ha dejado un legado inmenso, no solo por sus títulos, posgrados o investigaciones en nutrición, sino porque tocó las puertas de diversas disciplinas, invitándolas a trabajar juntas en un esfuerzo interdisciplinario que constituye uno de los pilares de esta psiconutrición. Su legado incluye también una mirada compasiva hacia el ser humano, en la que comenzó a entregar, en sus consultas «nutricionales», dosis de amabilidad, humildad, empatía, calidez y un profundo respeto por cada persona. Estos valores se han transformado en principios permanentes en nuestra Escuela, presentes no solo en nuestra relación con los consultores, sino también con nuestros estudiantes.
Nuestra Psiconutrición se nutre de la evidencia científica en todas las áreas de la salud y la combina con una cosmovisión cálida, donde los terapeutas acompañan a sus consultores sin juicios, con neutralidad, reconociendo que cada encuentro no es mera casualidad, sino una causalidad profunda. En este espacio, tanto terapeuta como consultor aprenden mutuamente, entrelazando sus historias en un proceso de descubrimiento y sanación.
Podríamos decir que el “psico” de nuestra Psiconutrición hace referencia al origen griego «psyche», que significa “alma”, y que etimológicamente se traduce como “vida”. Así, nuestra Psiconutrición es una “nutrición para la vida”, un viaje que va mucho más allá de la simple suma de psicología y nutrición; es un compromiso profundo con el bienestar integral, una danza entre el cuerpo y el alma, donde cada paso nos acerca más a la esencia de lo que somos
Escrito por: Nta. Víctor Sepúlveda – cofundador de Escuela Chilena de psiconutrición y discípulo de Gloria Jury Jamis.
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Diplomado Herramientas de Intervención para la Conducta Alimentaria$50.000 – $770.000